Nuevas tecnologías en la escuela
La inclusión de las TIC son diversas y abarcan un conjunto de inconvenientes pedagógicos, didácticos y de gestión institucional. Los niños y jóvenes (nativos digitales) parecen llevarnos la delantera en su uso, su relación desprejuiciada y espontánea, su habilidad y velocidad para interactuar con ellas.
Pareciera que en materia de TIC son los niños y jóvenes quienes pueden enseñarle a los adultos (inmigrantes digitales), y ante esta situación reciente, la escuela se retrae, expectante. Para revertir este proceso creemos que bien vale que los educadores brindemos, un tiempo a pensar y reflexionar sobre la inserción de las TIC en la escuela, su potencialidad en el desarrollo del pensamiento de nuestros alumnos, su utilización como herramientas puestas al servicio de la inclusión y la igualdad.
En este sentido, la inclusión de las TIC ofrece una oportunidad y un desafío.
La inclusión como oportunidad y desafió
La oportunidad presume que las TIC residan en la escuela, es decir, formen parte de su cotidianeidad, favorezcan puentes de comunicación con las generaciones más jóvenes, nos aproximen a sus modos de sentir, de actuar, de vincularse. Creemos que si la escuela es amigable con las condiciones culturales del presente tiene mayores posibilidades de cimentar un futuro.
El desafío requiere inventar modos de participación de las tecnologías en el aula, que logren cambiar las relaciones que los niños y jóvenes han construido espontáneamente con ellas y fomenten su utilización en beneficio del aprendizaje y el conocimiento.
Creemos que la lucha por la igualdad, la inclusión y equitativa distribución de saberes y bienes culturales demanda de esfuerzos políticos y pedagógicos de gran dimensión.
Docentes, alumnos, escuela y TIC
Docentes y escuela
Las necesidades de los docentes, las brechas generacionales, las apropiaciones autónomas de jóvenes y las expectativas de la comunidad. De allí que las políticas públicas requieren tener en cuenta a las instituciones y a los sujetos en situación.
La integración de TIC en la enseñanza puede generar nuevas presiones en el desarrollo de las tareas habituales de un docente y en sus modos de enseñar. Trabajar con tecnologías audiovisuales e informáticas exige adquirir nuevos saberes, ir más allá de la propia disciplina que se está enseñando y mantenerse actualizado; así como ofrecer, en
la enseñanza de las asignaturas, abordajes coherentes con los cambios que las nuevas tecnologías provocan. Implica reflexionar sobre las propias prácticas y diseñar los
espacios y los tiempos en que se desarrollará la enseñanza.
Las apreciaciones y expectativas que tengamos respecto de las virtudes y potencialidades de las nuevas tecnologías influyen en el tipo de acercamiento y utilización que hagamos de ellas. Pero se dan apreciaciones diferenciadas entre los docentes al reconocer como aspectos positivos, que las TIC facilitan la tarea pedagógica, mejoran la calidad de la educación y amplían las oportunidades de acceso al conocimiento. Por otro lado, muchos perciben como aspectos negativos, la sensación de “deshumanización de la instrucción” y la creencia de que las tecnologías pueden alentar el “facilismo” en los alumnos.
Frente a este campo de opiniones es oportuno recordar que las tecnologías facilitan la realización de distintos tipos de acciones, interacciones, formaciones, aprendizajes, etc., y dificultan otros.
Es importante destacar, también, que el contexto en que la interacción con la tecnología ocurre interviene significativamente en la definición de la experiencia. Nuestro vínculo con la tecnología no se realiza de forma aislada: los diversos patrones de adopción y de uso resultan de las diferentes prácticas sociales en las que se insertan, y no de las tecnologías en sí mismas.
Creemos que la relación con las nuevas tecnologías se construye a través de estos patrones sociales y de la propia experiencia de cada uno de nosotros.
En términos generales, las nuevas tecnologías facilitan el acceso a la información sobre muchos y variados temas, en distintas formas (textos, imágenes, sonidos), a través de Internet, el CD-ROM, el DVD, etc. Y también son instrumentos que permiten:
• procesar datos de manera rápida y fiable:
• almacenar grandes cantidades de información;
• establecer comunicaciones inmediatas con otros
• trabajar y aprender colaborativamente;
• producir contenidos y publicarlos en la Web;
• participar en comunidades virtuales.
Si pensamos en torno a las TIC, encontramos oportunidades de cultivar todo tipo de habilidades referidas a la distribución ingeniosa del pensamiento y el aprendizaje. Las claves son, de algún modo, una orientación en ese sentido.
En síntesis, el sentido de construir la relación va por el lado de enseñar a aprovechar los sistemas de apoyo en situaciones auténticas y dar las herramientas para el conocimiento de orden superior.
Ahora, ampliando la mirada con una perspectiva social y política, las escuelas que enseñen a los niños y jóvenes a hacer un uso significativo de las TIC y aprovechar los sistemas de apoyo a la cognición, les abrirán las puertas a nuevas posibilidades de acceso a un mayor flujo de información, mayores ocasiones para el acercamiento a fuentes de enseñanza y oportunidades laborales. Porque las tecnologías de la información y la comunicación no son simplemente un medio o una herramienta para desarrollar la inteligencia, sino un espacio multidimensional, público, colaborativo, para la construcción de ideas, conceptos e interpretaciones, la organización y la acción. Las TIC aportan un espacio que puede integrarse y complementar las tareas del aula, especialmente en la experimentación y aprendizaje de otras formas de conocer y otros modos de expresarse, de comunicarse y de hacerse visible. Finalmente, y no por eso menos importante, tenemos frente a nosotros ocasiones potenciales para propiciar, alentar y preparar a los jóvenes para la participación en la vida social y pública con ideas y criterios propios.
La inclusión de nuevas tecnologías lograría resultar una innovación si fuese acompañada de cambios conceptuales en la concepción de su uso y de la reflexión sobre por qué y para qué utilizarlas, cuáles son los aportes y qué tipo de aprendizaje se puede promover con ellas.
El enseñar no es simplemente aplicar un currículum y cumplir con los objetivos de contenido, porque permanentemente desarrollamos tareas que no pueden ser pautadas por manuales de procedimientos ni por planificaciones.
Este modo de entender aquello que da forma y sustenta los principios de actuación docente nos permite, a su vez, comprender que la incorporación de una nueva tecnología puede suponer transformaciones profundas en formas de hacer arraigadas y la revisión de algunos supuestos sobre el conocimiento y las disciplinas, sobre el enseñar, el aprender y cómo aprendemos para enseñar.
Asimismo, debemos considerar que al incorporar TIC y cambiar la propuesta de enseñanza se modifica también, por un lado, el tipo de aprendizaje y de desempeño que esperamos de los jóvenes, esto es, su condición de estudiante. Y, por otro, se los embarca en otros usos de la tecnología a los que, tal vez, no estén acostumbrados (o, directamente, no han tenido acceso).
Los nativos digitales y las nuevas tecnologías:
Otro aspecto que queremos plantear para esta construcción se deriva de lo expuesto recién y de la observación sobre la aproximación y el uso de las TIC que hacen los niños y jóvenes que tienen acceso a ellas. En primer lugar, los niños y jóvenes aprenden a utilizarlas en la cotidianeidad, por ensayo y error, desde el juego, de modo informal, implícito, intuitivo, visual, preguntándose y proporcionándose entre sí instrucciones simples, trucos y recomendaciones, con fines específicos de información, de entretenimiento y comunicación. A diferencia de muchos adultos, ellos entienden rápidamente el idioma de los botones y se manejan con soltura en la complejidad de las redes informáticas.
Por último, debemos recordar que si bien es fundamental el desarrollo de estas habilidades, también lo es enseñarlas en un marco de actividades que tenga sentido, que sea significativo y pertinente.
La inclusión de las TIC son diversas y abarcan un conjunto de inconvenientes pedagógicos, didácticos y de gestión institucional. Los niños y jóvenes (nativos digitales) parecen llevarnos la delantera en su uso, su relación desprejuiciada y espontánea, su habilidad y velocidad para interactuar con ellas.
Pareciera que en materia de TIC son los niños y jóvenes quienes pueden enseñarle a los adultos (inmigrantes digitales), y ante esta situación reciente, la escuela se retrae, expectante. Para revertir este proceso creemos que bien vale que los educadores brindemos, un tiempo a pensar y reflexionar sobre la inserción de las TIC en la escuela, su potencialidad en el desarrollo del pensamiento de nuestros alumnos, su utilización como herramientas puestas al servicio de la inclusión y la igualdad.
En este sentido, la inclusión de las TIC ofrece una oportunidad y un desafío.
La inclusión como oportunidad y desafió
La oportunidad presume que las TIC residan en la escuela, es decir, formen parte de su cotidianeidad, favorezcan puentes de comunicación con las generaciones más jóvenes, nos aproximen a sus modos de sentir, de actuar, de vincularse. Creemos que si la escuela es amigable con las condiciones culturales del presente tiene mayores posibilidades de cimentar un futuro.
El desafío requiere inventar modos de participación de las tecnologías en el aula, que logren cambiar las relaciones que los niños y jóvenes han construido espontáneamente con ellas y fomenten su utilización en beneficio del aprendizaje y el conocimiento.
Creemos que la lucha por la igualdad, la inclusión y equitativa distribución de saberes y bienes culturales demanda de esfuerzos políticos y pedagógicos de gran dimensión.
Docentes, alumnos, escuela y TIC
Docentes y escuela
Las necesidades de los docentes, las brechas generacionales, las apropiaciones autónomas de jóvenes y las expectativas de la comunidad. De allí que las políticas públicas requieren tener en cuenta a las instituciones y a los sujetos en situación.
La integración de TIC en la enseñanza puede generar nuevas presiones en el desarrollo de las tareas habituales de un docente y en sus modos de enseñar. Trabajar con tecnologías audiovisuales e informáticas exige adquirir nuevos saberes, ir más allá de la propia disciplina que se está enseñando y mantenerse actualizado; así como ofrecer, en
la enseñanza de las asignaturas, abordajes coherentes con los cambios que las nuevas tecnologías provocan. Implica reflexionar sobre las propias prácticas y diseñar los
espacios y los tiempos en que se desarrollará la enseñanza.
Las apreciaciones y expectativas que tengamos respecto de las virtudes y potencialidades de las nuevas tecnologías influyen en el tipo de acercamiento y utilización que hagamos de ellas. Pero se dan apreciaciones diferenciadas entre los docentes al reconocer como aspectos positivos, que las TIC facilitan la tarea pedagógica, mejoran la calidad de la educación y amplían las oportunidades de acceso al conocimiento. Por otro lado, muchos perciben como aspectos negativos, la sensación de “deshumanización de la instrucción” y la creencia de que las tecnologías pueden alentar el “facilismo” en los alumnos.
Frente a este campo de opiniones es oportuno recordar que las tecnologías facilitan la realización de distintos tipos de acciones, interacciones, formaciones, aprendizajes, etc., y dificultan otros.
Es importante destacar, también, que el contexto en que la interacción con la tecnología ocurre interviene significativamente en la definición de la experiencia. Nuestro vínculo con la tecnología no se realiza de forma aislada: los diversos patrones de adopción y de uso resultan de las diferentes prácticas sociales en las que se insertan, y no de las tecnologías en sí mismas.
Creemos que la relación con las nuevas tecnologías se construye a través de estos patrones sociales y de la propia experiencia de cada uno de nosotros.
En términos generales, las nuevas tecnologías facilitan el acceso a la información sobre muchos y variados temas, en distintas formas (textos, imágenes, sonidos), a través de Internet, el CD-ROM, el DVD, etc. Y también son instrumentos que permiten:
• procesar datos de manera rápida y fiable:
• almacenar grandes cantidades de información;
• establecer comunicaciones inmediatas con otros
• trabajar y aprender colaborativamente;
• producir contenidos y publicarlos en la Web;
• participar en comunidades virtuales.
Si pensamos en torno a las TIC, encontramos oportunidades de cultivar todo tipo de habilidades referidas a la distribución ingeniosa del pensamiento y el aprendizaje. Las claves son, de algún modo, una orientación en ese sentido.
En síntesis, el sentido de construir la relación va por el lado de enseñar a aprovechar los sistemas de apoyo en situaciones auténticas y dar las herramientas para el conocimiento de orden superior.
Ahora, ampliando la mirada con una perspectiva social y política, las escuelas que enseñen a los niños y jóvenes a hacer un uso significativo de las TIC y aprovechar los sistemas de apoyo a la cognición, les abrirán las puertas a nuevas posibilidades de acceso a un mayor flujo de información, mayores ocasiones para el acercamiento a fuentes de enseñanza y oportunidades laborales. Porque las tecnologías de la información y la comunicación no son simplemente un medio o una herramienta para desarrollar la inteligencia, sino un espacio multidimensional, público, colaborativo, para la construcción de ideas, conceptos e interpretaciones, la organización y la acción. Las TIC aportan un espacio que puede integrarse y complementar las tareas del aula, especialmente en la experimentación y aprendizaje de otras formas de conocer y otros modos de expresarse, de comunicarse y de hacerse visible. Finalmente, y no por eso menos importante, tenemos frente a nosotros ocasiones potenciales para propiciar, alentar y preparar a los jóvenes para la participación en la vida social y pública con ideas y criterios propios.
La inclusión de nuevas tecnologías lograría resultar una innovación si fuese acompañada de cambios conceptuales en la concepción de su uso y de la reflexión sobre por qué y para qué utilizarlas, cuáles son los aportes y qué tipo de aprendizaje se puede promover con ellas.
El enseñar no es simplemente aplicar un currículum y cumplir con los objetivos de contenido, porque permanentemente desarrollamos tareas que no pueden ser pautadas por manuales de procedimientos ni por planificaciones.
Este modo de entender aquello que da forma y sustenta los principios de actuación docente nos permite, a su vez, comprender que la incorporación de una nueva tecnología puede suponer transformaciones profundas en formas de hacer arraigadas y la revisión de algunos supuestos sobre el conocimiento y las disciplinas, sobre el enseñar, el aprender y cómo aprendemos para enseñar.
Asimismo, debemos considerar que al incorporar TIC y cambiar la propuesta de enseñanza se modifica también, por un lado, el tipo de aprendizaje y de desempeño que esperamos de los jóvenes, esto es, su condición de estudiante. Y, por otro, se los embarca en otros usos de la tecnología a los que, tal vez, no estén acostumbrados (o, directamente, no han tenido acceso).
Los nativos digitales y las nuevas tecnologías:
Otro aspecto que queremos plantear para esta construcción se deriva de lo expuesto recién y de la observación sobre la aproximación y el uso de las TIC que hacen los niños y jóvenes que tienen acceso a ellas. En primer lugar, los niños y jóvenes aprenden a utilizarlas en la cotidianeidad, por ensayo y error, desde el juego, de modo informal, implícito, intuitivo, visual, preguntándose y proporcionándose entre sí instrucciones simples, trucos y recomendaciones, con fines específicos de información, de entretenimiento y comunicación. A diferencia de muchos adultos, ellos entienden rápidamente el idioma de los botones y se manejan con soltura en la complejidad de las redes informáticas.
Por último, debemos recordar que si bien es fundamental el desarrollo de estas habilidades, también lo es enseñarlas en un marco de actividades que tenga sentido, que sea significativo y pertinente.
Bibliografía:
Tecnologías de la información y la comunicación en la escuela http://www.me.gov.ar/curriform/publica/tic.pdf
Burbules, N & Callister, T; (2001) Educación: Riesgos y Promesas de las Nuevas Tecnologías de la Información; Ed. Granica; Buenos Aires
Manolakis, Laura. (2006) “Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en la escuela. Efectos (y defectos) en la cultura escolar”, en Lo Escolar y sus formas, Del Estante Editorial. Buenos Aires.
Burbules, N (2008) Riesgos y promesas de las TICs en la educación. ¿Qué hemos aprendidos en estos últimos diez años? en Las TIC del aula a la agenda política. UNICEF Argentina IIPE UNESCO Buenos Aires Argentina
Para seguir leyendo
vvvvvgov.ar/curriform/publica/tic.pdftp://www.me.gov.ar/curriform/publica/tic.pdf
http://www.hoytecnologia.com/noticias/millones-euros-para-escuelas/142527
http://www.oei.es/tics.htm
Tecnologías de la información y la comunicación en la escuela http://www.me.gov.ar/curriform/publica/tic.pdf
Burbules, N & Callister, T; (2001) Educación: Riesgos y Promesas de las Nuevas Tecnologías de la Información; Ed. Granica; Buenos Aires
Manolakis, Laura. (2006) “Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en la escuela. Efectos (y defectos) en la cultura escolar”, en Lo Escolar y sus formas, Del Estante Editorial. Buenos Aires.
Burbules, N (2008) Riesgos y promesas de las TICs en la educación. ¿Qué hemos aprendidos en estos últimos diez años? en Las TIC del aula a la agenda política. UNICEF Argentina IIPE UNESCO Buenos Aires Argentina
Para seguir leyendo
vvvvvgov.ar/curriform/publica/tic.pdftp://www.me.gov.ar/curriform/publica/tic.pdf
http://www.hoytecnologia.com/noticias/millones-euros-para-escuelas/142527
http://www.oei.es/tics.htm
Es notorio pensar en que el uso de las herramientas informáticas provoca el “facilismo” entre los alumnos, pero considero que ahí está nuestro mayor desafío como educadores, en saber utilizar las mismas herramientas para provocar en el alumno una nueva forma de aprendizaje. Sabrina Gimenez.
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